domingo, 3 de noviembre de 2013

Tiempo de nicalos y setas




                     Estamos en otoño, tiempo de nicalos y setas, así es que aprovechemos lo que la naturaleza nos ofrece, salgamos al campo, demos un paseo y dispongamonos a recolectar estos manjares que tenemos a la puerta de casa, eso sí, sin rastrillos y sin dar patadas a lo que desconocemos, porque seguro que si está ahí es porque está cumpliendo una misión y puede ser que lo que tú no conozcas y creas que es venenoso solo por el simple hecho de ser distinto no sea tal y prives al que venga detrás de recoger unos excelentes productos micológicos.


 
Resulta sorprendente que cuando hablamos o leemos algo sobre setas nuestro cerebro se pone en estado de alarma, nos juega una mala pasada y lo único que seamos capaces de entender es ¡MORTAL!

      No se sabe a ciencia cierta cuantas especies de setas puedan existir pero parece ser que la cantidad puede superar ampliamente las 300.000 variedades.
      
      De estas 300.000 la inmensa mayoría no tienen ningún valor culinario, es decir, no saben a nada o son demasiado pequeñas para ser degustadas, también pueden entrar en este grupo las de sabor acre o no muy agradable, incluso las que pican o las que tienen un sabor muy fuerte a anís, que también las hay por la zona de Iscar.

      Después debemos de saber que en Europa existen catalogadas unas 60 especies toxicas y las verdaderamente peligrosas no llegan a una docena.

      ¿Entonces por qué ese miedo? ¿No sería mejor que aprendiéramos a distinguir las que de verdad son venenosas para así evitarlas?

      En fin, tened presente que hay una diferencia abismal entre: Venenosa mortal, Toxica, Sin valor culinario, Acre, Indigesta, etc.

      Mi consejo es que si queréis disfrutar recolectando setas os hagáis con una buena guía y que los primeros pasos les deis en compañía de alguien que ya conozca un poco del tema y os pueda asesorar.

      Y muy importante, ¡No os fieis de las fotografías de las guías! Ya que si no están realizadas en vuestra zona los colores pueden variar mucho dependiendo del habitat, de si el ejemplar es joven o adulto y sobre todo por la altitud a la que ha sido tomada la fotografía.


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